
Sudé dos chocolates Crunch en el recorrido, me dio pesar no meter los pies en la fosa del bien y del mal, y claro, aún no estaba disponible el servicio de masajes. Bonito pueblito, la lluvia me dejó tomar pocas fotos y en una muela aún tengo el sabor a las tajaditas de plátano.
Lo más increíble es cuando la motocierra hace ruido, se revuelve el humo, como si fuera a hacer erupción volcánica esa cosa, me explicó algo el arquitecto, que no recuerdo, solo se me ocurre relacionarlo a la carcajada de nuestro amigo Rodimiro, con la tarde de "18 Candado", jejeje.
Todavía no estoy tan claro, si Reina cuando se vino de Minas de Oro presentía que se casaría con un tipo así de soñador...
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