Pescado del lago de yojoa


Esta es la vista de la zona donde venden pescado, un suculento platillo famoso en Honduras. La experiencia que me contrasta a esta frase es la que me pasó en Semana Santa, cuando fuimos a comer con mis hijos; nos sirvieron unos pescados de miedo, con limón, ensalada y una pila de plátano verde mantecoso.

Al final del almuerzo mi hija empezó a toser y me dijo que tenía una espina en la garganta. En mi desesperación por sus cuatro años le dí banano maduro, tortilla mal masticada, agua y nada...

Por último le dí el confite menta para disimularla mientras pensaba en algo.

Me dijo que la última vez que se espinó se le salió la espina vomitando, la idea me pareción grotesca pero en la desesperación la acepté.

- y puede vomitar? le dije.

Se metió dos dedos a la garganta y soltó una pasta que iba de blanco a rosado, espesa y espumosa.

Luego me volvió a ver toda lagrimosa, le limpié los ojos y la frente sudada.

Después metió los dedos al bómito y buscó hasta que encontró el confite y se lo echó a la boca.

- ya se me salió la espina - dijo, vámonos.
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3 comentarios:

Anónimo dijo...

Dios Santo! jajajaja. óigame, su hija es especial, y lo digo en buen sentido. Por lo menos ya sabe cual es su confite favorito.

Anónimo dijo...

Pues si, jeje es especial.

Anónimo dijo...

El mes pasado estuve en el Lago Yojoa, pero no comí pescado.
De todas formas, gracias a su artículo decidí ir. Me encantó el lugar.
Su hija tuvo una idea excelente, pues si la hubiera tragado, quizás le hubiera hecho alguna herida en su aparato digestivo. Soy enfermera, y he visto muchos desastres por la idea de "pasar con pan o tortilla".

De todas formas, tengo hijas, y me reí mucho con su historia. Mis niñas seguro que también hubiesen buscado su confite.
Saludos
Elena