Aguas Termales

Tendrían que estar allí para creerlo. Una noche me llamó Reina Zavala, para decirme que su esposo estaba cerca de Copán y quería que fuera a ver las aguas termales donde estaba trabajando; a 45 minutos de Copán Ruinas, una empresa italiana estaba construyendo un episodio interesante. El paseo fue todo un poema, el arquitecto me fue explicando cada paso, desde el puente colgante donde se vence el miedo, el túnel en S, la banqueta del descanso y cada uno de los símbolos del calendario maya, hasta llegar a la cumbre, donde se ve como el agua hirviente sale de las rocas. Huele a puro azufre, o como decíamos en el laboratorio de Ciencias Naturales, "a huevo duro", o a "químico pues".
Sudé dos chocolates Crunch en el recorrido, me dio pesar no meter los pies en la fosa del bien y del mal, y claro, aún no estaba disponible el servicio de masajes. Bonito pueblito, la lluvia me dejó tomar pocas fotos y en una muela aún tengo el sabor a las tajaditas de plátano.

Lo más increíble es cuando la motocierra hace ruido, se revuelve el humo, como si fuera a hacer erupción volcánica esa cosa, me explicó algo el arquitecto, que no recuerdo, solo se me ocurre relacionarlo a la carcajada de nuestro amigo Rodimiro, con la tarde de "18 Candado", jejeje.
Todavía no estoy tan claro, si Reina cuando se vino de Minas de Oro presentía que se casaría con un tipo así de soñador...
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